domingo, 22 de junio de 2014

¿TOLERAR O RESPETAR?

En una sociedad tan marcada por el constante reclamo de que todo lo que cada quien haga debe ser aceptado y no sólo eso, sino que reclaman en grandes aforos que sea tolerado, que los intolerantes los respeten y respeten sus preferencias, ya sean estas sexuales, intelectuales, políticas, religiosas, dogmáticas o libre-pensadoras, entre infinidad de demandas de ese estilo. Ante esto, se hace necesario detenerse un momento y plantarse la siguiente pregunta ¿no es acaso reclamar que me toleren un acto de auto nombrarme contaminado de algún error? ¿No sería menospreciarme ante una realidad diferente? Son dos cuestiones que nacen naturalmente y aún más ahora, cuando tolerar se cuenta entre las virtudes que debe tener un ciudadano del siglo XXI, ya que de tanta diversidad de realidades con las que se tiene contacto sino quiere ser condenado toca tolerar.
Ahora bien, ¿por qué no pedimos que se respete nuestra manera de pensar o de actuar? Si bien respetar es abstenerse de meterme en las fronteras de las individualidades de cada quien y mejor aún, no debo crear un bando de aceptados y otro de rechazados como ocurre con la tolerancia. Pero como es típico, cuando sale una palabra nueva se pone de moda así no se reflexione porqué se usa, a continuación se presenta el por qué sería mejor usar una en detrimento de la otra.
De entrada, al proclamar la tolerancia de todos y la intolerancia cero, estamos realizando la más grave afirmación y a su vez, la mayor contradicción, debido a que se promueve esta proclama de que “yo soy tolerante” pero automáticamente alguien afirma sin tener la menor atención que “¡soy tolerado!”, es idéntico que decirle no es igual a nosotros pero igual te toleramos, es esto un sin razón, es una discriminación disfrazada de aceptación, es la manera más sarcástica de decirle a alguien “yo respeto su inferioridad, su mediocridad y sus imbecilidades”.
Afirma Gerard Guillot “desde mi humanismo bondadoso, toleraría a otras personas que son diferentes de mí: ¡qué arrogante magnanimidad!”, es decir, desde mi gran perfección de criterios y de vida le tengo o siento lastima de Ud. que es una escoria comparada a mi grandeza y perfección. Se podría decir que son aseveraciones muy fuertes y hasta sin fundamento, ilustrare estas afirmaciones desde un ejemplo del diario vivir: el racismo por tradición es rechazar y condenar a las personas por ser diferentes a mi raza perfecta (sea blanco, negro, amarillo o más Hitleriano ser ario nacido en hiperbórea), se entabla la campaña del no racismo, la cual consiste en pedir tolerancia ante las personas que son “diferentes” físicamente a nosotros, pregunto ¿no es esto discriminación? Sí, primero se está tratando de diferente a alguien, es decir no es igual a mí, segundo se mantiene la superioridad de raza de uno sobre los otros, ya que si recordamos tolerar es automáticamente afirmar que existe alguien que es mejor y que desde su magnanimidad ¡soy tolerado!, y tercero las diferencias permiten la riqueza de la diversidad, rompiendo estos tres razonamientos los principios que definen esa palabra tan humillante y falta de realidad.
Veamos ahora como sería ese ejemplo desde el respeto, para el respeto no existe ninguna diferencia de raza, debido a que la raza no es algo que se vaya adquiriendo y moldeando, sino es una aptitud que viene por medio de la carga genética y que no se modifica a voluntad y menos aún, nadie debe pedir que se le respete algo tan trivial, pero a la vez tan mío o suyo como la raza. El respeto se encarga de realidades más trascendentes y no se pide, nace desde la inteligencia y el crecimiento ético de la persona, un ejemplo para el respeto sería las ideas y concepciones políticas, yo partidario de izquierda expongo abiertamente mis ideas y Ud. de derecha escucha mis argumentos, luego Ud. de derecha formula sus ideas y yo de izquierda lo escucho y realizamos un debate desde nuestras ideas y posturas, pero ambos somos libres para escoger de que bando o ideario político estamos y cada uno permite ser disuadido y disuadir sobre los argumentos planteados. Este ejemplo suena utópico en esta realidad de imbéciles que defienden a líderes corruptos, quienes no se preocupan por los que están dando sus vidas debido a sus ideas huecas, pero entre gente inteligente ese diálogo de respeto si existe.
Entonces, con lo visto anteriormente en esos dos ejemplos ¿Cuál es la diferencia entre la tolerancia y el respeto? Siguiendo a Guillot se responde que con la tolerancia se da un rechazo a la persona, más no a la conducta siendo todo lo contrario al respeto, y es que el respeto deja de lado a la persona y su dignidad, y se centra en los comportamientos y su manera de pensar, porque el comportamiento y la manera de pensar si se eligen, mientras el color y la raza no. A Hitler se le puede juzgar por los genocidios y los campos de concentración pero jamás por ser alemán o su forma física.
También, al querer plantear la tolerancia se desea que cualquier cosa o hecho sea tomado como aceptable y como digno de ser imitado, y lamentablemente para quienes piensan así “todo no es tolerable, pero todas son tolerables” (Guillot), es decir mis caprichos, vicios y la pseudo-ética no se debe aceptar como virtuosa pero todas las personas si son dignas de respeto.
Podremos decir que se debe tolerar pero debería ir el respeto al lado, ya que el respeto como he expuesto en ningún momento lleva a la exclusión, mientras que si se afirma y proclama la tolerancia se debe por antonomasia tolerar: al racismo, a la xenofobia, a la discriminación, a la violación de la dignidad humana, a que unos pocos se queden con la riqueza de muchos, que un violador viole, que un asesino asesine, que un desadaptado secuestre a otro, que un pedófilo arruine la vida de un infante y millones de ejemplos más, porque eso es tolerar aceptar la conducta que cualquiera quiera establecer como acorde a la realidad que él quiere vivir. Y no son ejemplos rebuscados sino muy experimentados a diario, Ud. nunca encontrara a una persona que actué con virtud ética pidiendo que se tolere el aborto, por ejemplo, sino a desadaptados que quieren acabar con una vida a favor de eso, esa persona de virtud ética pide el respeto por ese ser que sea blanco o negro o que sea asesino o criminal se le deje vivir.
Suena como un debate sin necesidad, pero tantas cosas a las que da pie el pedir la tolerancia y que al final aumentan el odio y el desprecio, porque los “superiores” tienen lastima de los “inferiores” y cuántas guerras ha patrocinado la tolerancia o el ser tolerado, y en cambio tanto bien se hace cuando se respeta y se trata a las personas desde su igualdad de dignidad, pero se le recrimina y se le enfrenta cuando sus ideas atentan contra la virtud y la felicidad de la mayoría. Por eso, al tolerar se crea un contrario que se carga de rencor o de resentimiento por ser tomado como inferior, mientras que si se respeta se consiguen infinidad de iguales que intelectualmente y vivencialmente crecen con discrepancias, pero en igualdad de oportunidades de exponer, de persuadir y ser persuadido, siendo este principio el del parlamento que es de donde nace esta problemática social.
Tolere y debe estar pendiente de cuándo será atacado, respete y siempre estará cuidado.

Luis Gustavo Zambrano

Bohemio del XXI

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