Desde el Medioevo se ha establecido una manera de
ver la verdad como absoluta e irrefutable, marcada principalmente por el
cristianismo y su moral del rebaño, esto es denominado en la actualidad como Metarrelato,
es decir un relato tan amplio que lo abarca todo. Esta manera de ver la verdad
en la condición postmoderna, es algo que no se sustenta debido que para el
hombre postmoderno existen tantas verdades como pensamientos y formas de vivir
existan, siendo esto denominado relativismo. Ahora, este Metarrelato ¡ha
muerto!, y se ha comenzado a ver la realidad desde una verdad personal, cargada
de subjetividad, siendo denominada microrrelato, es decir pequeñas porciones de
la verdad que se encuentran marcadas por el yo y la percepción de los sentido
de los individuos, es decir esto es el relativismo.
Esta manera relativa o personal de
ver la realidad, es la mejor manera de proponer y transmitir el conocimiento y
formular un pensamiento acorde a la realidad en la que se vive y se desenvuelve
el ser humano, aunque vale la pena acotar que esta manera tan especial de ver
la verdad ha caído en un "metarrelato subjetivo", es decir una verdad
absoluta e irrefutable del punto de vista personal, perdiéndose el sentido que
el relativismo ha ganado, cayendo de nuevo en un dogmatismo pero aún más
peligroso, porque cada quien desde su ignorancia cree que lo que piensa o dice
es algo que merece ser irrefutable, existiendo entonces cuantas verdades
absolutas e incuestionables como personas existan, perdiendo con esto el
relativismo su sentido de cuestionamiento, refutación y argumentación; dejando
de lado, el dialogo y la discusión de ideas cayendo en el anti-humanismo,
fundando así una escuela de pensamiento autónomo e incuestionable. El filósofo
o el pensador ha de amar su propia verdad pero sin caer en el dogmatismo, ya en
palabras de Nietzsche el filósofo del futuro desde “su orgullo y desde su gusto
rechazan la posibilidad de que su verdad haya de seguir siendo una verdad para
todos”.
Lamentablemente, este nuevo dogmatismo
ocurre como consecuencia de la poca sustentación de las ideas y formas de
pensamiento, ya que cada quien habla e impone su punto de vista sin ser capaz
de presentarlo abriendo a su vez, la oportunidad a que sea cuestionado y dialogado;
esto no es por culpa de creer en verdades personales, sino porque bajo ese
escudo los ineptos se resguardan para no tener que dialogar con los diferentes
puntos de vista que se puedan tener ante esta realidad que expone como
irrefutable, y es que el verdadero relativismo consiste en saber que tengo una
porción de la verdad pero que existen otras porciones que al entrar en un
dialogo argumentativo y fundamentado permite que se lleve a un punto medio y
así, conseguir el gran fruto del relativismo que es una verdad subjetiva y consensuada,
que da oportunidad a enfrentarse a nuevos puntos de vista sin jamás rechazar las
otras formas de observar la realidad, ya que sin la diversidad de puntos de
vista la verdad jamás sería obtenida.
Cabe aclarar que ese proceso es
valedero, y si vamos a la definición de relativismo como cuantas verdades (véase
que esta verdad es con minúscula) como personas existan abre automáticamente el
camino a una verdad consensuada, porque de lo contrario se escribiría Verdad
(con mayúscula), que es como se escribe la verdad formada por los dogmas. Es
decir, relativismo es sinónimo de dialogo, porque si el dogmatismo en su
esencia es una Verdad impuesta e incuestionable; el relativismo es una verdad
personal que se puede dialogar con otras verdades personales, llegando a un
punto de encuentro que si no lo enmarca objetivamente la realidad observable,
se puede llegar a un punto de encuentro donde ninguna de las verdades
personales quede rechaza, pero si cuestionada y con derecho a reformularse, porque
como dice Nietzsche “para nosotros, el hecho de que un juicio sea falso no
significa una objeción contra él; algo que no se contempla en el dogmatismo”.
En definitiva, el relativismo ni el
microrrelato, son la causa de que se quiera imponer una verdad de "Metarrelato
subjetivo", sino es la poca preparación a la hora de plantear y cuestionar
las nuevas ideas; quien se esfuerza por fundamentar su pensamiento jamás tendrá
miedo de exponerlo y de que se preste a la crítica y a la refutación, porque si
es consciente que su estudio y la formulación de dicha verdad personal es concienzuda,
se prestará a debatir sabiendo que su verdad se enriquecerá, pero si se da todo
lo contrario, es decir que piensa que algo es como él dice porque se le viene
en gana y solo él cree poseer la verdad personal y que nadie se la puede refutar
porque es suya, lamentablemente no ha de llamarse relativo sino un “dogmático
idiota”, que no es capaz de enriquecer su punto de vista porque su naturaleza de
idiotez dogmática se lo prohíbe, dañando con esto el relativismo y la forma de
pensar de la condición postmoderna, regresando así al medioevo y cargando
consigo la ruina de la razón.
Luis Gustavo Zambrano
Bohemio del XXI