Desde la
culminación de la Edad Media, a finales del siglo XV, la humanidad se ha
encontrado inmersa en tres momentos bien definidos; cada uno de estos momentos
tienen sus propias particularidades, las cuales se pueden explicar desde cuatro
figuras de la mitología griega, que guardan en su respectivo mito las
cualidades más características de cada momento vivido en los últimos seis siglos.
Dichas figuras son: Prometeo, Sísifo, Narciso y Edipo.
Ante lo
expuesto, lógicamente nacerá la siguiente pregunta: ¿Por qué analizar el
periodo postdogmatico, postreligioso, desde la perspectiva de seres
mitológicos?, y se responde aclarando que estas personificaciones en momento
alguno son deidades, sino seres que se burlan de los dioses olímpicos y por
ende, cada uno pago la consecuencia de su atrevimiento, la cual le hace encajar
en cada uno de los momentos que se presentaran en este ensayo.
Para algunos,
la Edad Moderna nace en 1492 con el llamado descubrimiento de América, que no
es otra cosa que un inicio sangriento de una nueva época desde la tragedia
humana, algo que es muy característico para clasificar las etapas de la
Humanidad desde el sufrimiento. Tal cual Prometeo, los primeros pensadores de
la Época moderna, le robaron el fuego a los dioses del Medioevo y se lo
entregan a la razón, comenzando actuar esta alejada de la religión y de las
creencias dogmáticas. El proceso que se comienza a dar esta descrito muy
acordemente desde el mito de Prometeo.
Prometeo, es
un titán considerado el amigo de los mortales. Es quien roba el fuego, el arte
y la sabiduría a los dioses y los reparte entre los seres humanos. A su vez, es
quien realiza el primer engaño a Zeus, ya que cuando se organiza el primer
sacrificio a Zeus oculta bajo la provocativa grasa del sacrificio los huesos y
en otro montón coloca la carne, Zeus escogería lo que comerían los dioses y cae
en el engañado de escoger la provocativa grasa, quedando a los seres humanos la
carne. Por este acontecimiento, Zeus ardiente de ira le quita el fuego a los
seres humanos, a lo que Prometeo de nuevo roba el fuego y se lo da a la
humanidad.
Prometeo, es
condenado a estar atado a una piedra y a que un águila al final del día lo
visitara y le comiese el hígado, constituyendo esto un castigo eterno, hasta
que Hespérides paso por donde estaba el condenado y mato al águila.
En Prometeo se
personifica el nacimiento de la edad Moderna, ya que el no tener ningún miedo a
los dioses le permite ser capaz de ridiculizarlos con su perspicacia,
permitiendo al ser humano de tener el control de la luz, de la sabiduría y del
arte, procurando a la humanidad de una visión muy lejana de lo que son los
dioses y de dejar todo a la voluntad de seres que no eran capaces de comprender
la existencia de la humanidad. Ese mismo proceso, es el que ocurre en la época
moderna los pensadores de ese periodo comienzan a formular teorías, ciencia y
conocimiento desde la razón humana, dejando poco a poco de lado lo que
profesaba la religión como verdad absoluta. Se hacen dueños del fuego, de la
sabiduría y ya pueden comenzar a formular teorías y hurtadillas que burlasen
los dioses y de los religiosos que los seguían. El fuego no es otra cosa que la
razón humana, por medio de la cual se ilumina la obscuridad de las creencias en
seres inanimados que desde la ficción obscurecen el pensar del ser humano. Al
igual que Prometeo, algunos de los que se robaron ese fuego fueron condenados y
castigados a la hoguera, pero que han sido luego rescatados, y restituido el
lugar de iluminadores de la zozobra medieval que había ensombrecido a la
humanidad, así se da ese primer momento, el de liberarse con sacrificio de la
neblina tan espesa que embrutecía y ensombrecía la razón humana.
Como en todo
proceso histórico, se encuentran los retardatarios, en este caso de la razón
que se han ido dando en diferentes momentos de los ocho siglos, dichos
retardatarios anhelan regresar al tiempo del Medioevo; los existencialistas, en
algún momento han marcado esta tendencia, que se enmarca en la figura de
Sísifo.
Sísifo; el
castigo que recibe este rey, fue el de subir una piedra durante toda la
eternidad por una montaña empinada, pero al momento de llegar a cierto punto
dicha piedra vuelve rodar hacia el abismo, esto lo ha de realizar en el
inframundo sin jamás morir. Este castigo le fue infringido, porque al momento
de morir pidió a la esposa que realizara un sacrificio a los muertos para que
le permitieran regresar a Corintio, su patria, luego de que regreso no quiso
volver al inframundo, hasta que fue llevado a la fuerza por Hermes; y la
tortuosidad del castigo, es por salir y contar lo que pasaba en el inframundo.
Posee entre la mitología la fama de ser el hombre más astuto y sabio.
De la misma
manera que Sísifo que engaña a las creencias, así son estos retardatarios que
buscan fortalecerse en las corrientes que van naciendo y se identifican con
ellas, pero a la hora de formular y dar el todo por el movimiento que apoyan,
se dejan llevar las viejas añoranzas y buscan el regresar a un pasado, que
según ellos, más glorioso y reciben como castigo el tener que cargar el peso de
su pasado, el cual deben traer al presente, pero que al final los hace regresar
y tener que replantearse todo; casos famosos no faltan, Kant, por ejemplo,
cuanto ya fundamentaba su crítica de la razón pura cae llevado por los
perjuicios religiosos, a proponer un elemento de la moralidad que desbarata su
sistema y lo vende al cristianismo al final. Siendo marcado al igual que
Sísifo, que al no querer morir a sus creencias anteriores, se ven arrastrados a
ser condenados a cargar infinitamente la piedra de su falta de autenticidad a
la hora de pensar. Poseen la astucia y la sabiduría necesaria, pero no son capaces
de divorciarse de las creencias, haciéndolos con esto caer en la persecución de
una piedra, que jamás les permitirá alcanzar la cima del conocimiento.
Y el último
momento, se caracteriza por dos personajes míticos, que juntos enmarcan la gran
diversidad de este último lapso histórico, estos son: Narciso y Edipo.
Narciso, por
su extraordinaria belleza se daba a la tarea de rechazar y desolar a todas las
pretendientes, de manera tal, que es el causante que la ninfa Eco se confinará
en una cueva hasta morir, por el desprecio de su amor. Su castigo fue el de
enamorarse de su propio reflejo y morir al tratar de besarse, este castigo es
impuesto por Némesis (diosa de la venganza).
Edipo, su vida
se ve marcado por un oráculo, el cual precisaba que mataría a su padre que era
el rey, cosa que él desconocía, y mata a su padre el rey, y luego de vencer al
Esfinge con sus acertijos, es nombrado rey casándose con su madre, ignorando
ambos esta relación, al momento de conocer el oráculo y lo que había hecho
decide sacarse los ojos.
Estos dos
personajes, identifican abiertamente el momento histórico de la condición
postmoderna, ya que encierran en su vida la despreocupación de las
consecuencias de sus actos, el vivir como la vida les permite y sin respetar
las condiciones que las costumbres y tradiciones le plantean; ya no viven en
relación de pensar y no actuar, sino que viven lo que sienten. En Narciso, es
la despreocupación por la desventura de quienes se le acercan, así como de lo
que sienten y piensan, es el reflejo de esta condición que busca el goce, el
sentir y el disfrutar la vida y cuanto hay en ella, no son ajenos a ese castigo
sufrido por éste, y llevan ese amor propio hasta el extremo de independizarse
de todo lo que los rodea, fundamentando el relativismo y el todo vale, que
toman al límite la libertad sexual y del apasionamiento sobre su propio cuerpo
y su disfrute. Todo esto, muy de la mano de la realidad que viven
En Edipo, el
tener relaciones carnales con su madre, aunque se da por desconocimiento, está
muy unido a Narciso al ser ramas del mimo árbol. En éste, se busca el poder, el
placer y el tener lo del otro sin ningún miramiento, teniendo como punto
nefasto el desearse a sí mismo y como punto favorable el sentir y el vivir como
se siente.
Viendo estas tres
realidades, estos últimos seis siglos tienen la particularidad de ir de la
mano. Con lo prometeico, se logro que la Humanidad, es decir el individuo
racional valga por encima de las creencias religiosas, en lo “sisífico” que el
retornar a la superada obscuridad medieval procura síntomas de pérdida de
identidad, dando el resultado de una viva detrás de una piedra que se empuja; y
en lo Edipico y Narcisista, que orientar la vida desde los sentimientos y el
placer, es la mejor manera para educar la razón alcanzada por lo prometeico,
pero que se encuentra con lo “sisífico” y se descarrila de la finalidad.
En los
primeros momentos ya las bases se asentaron, pero en el último momento es donde
hace falta una orientación de pensamiento para encarrilar los placeres a la
razón, y lograr que la vida sea la orientación de los placeres a la razón y
vivir como se siente y piensa.
Luis
Gustavo Zambrano
(Bohemio
del XXI)